Durante 3000 años, los ganaderos de España han criado cerdos ibéricos: una raza singular, cuidadosamente apartada de otras razas. Desde restaurantes venecianos hasta fiestas en Hong Kong, su esencia se conoce como jamón. En la dehesa mediterránea, las mujeres y los hombres que elaboran este manjar están movidos por dos cosas: simplicidad y pasión.