Un jeep se desplaza lentamente a través del mercado, en el centro de Maputo. Al volante se encuentra Rui Pedro, un hombre de mediana edad que no parece muy preocupado por lo que ocurre en torno a él. Conduce a través de la ciudad, pasa por los suburbios y alcanza un camino solitario que lo conduce a un caserío abandonado. En ese paraje mozambiqueño, a la vera de un río misterioso, Rui Pedro había pasado sus primeros años cuando la dominación colonial estaba llegando a su fin y se enfrentó con la trágica e inevitable destrucción de su infancia. Hijo de colonizadores portugueses, su mejor amiga era Ana, una niña negra ahijada de su madre. Allí, por desgracia, tuvo que aprender a reconocer y a convivir con dos realidades bien diferentes –la europea y la africana–, a primera vista irreconciliables. (FILMAFFINITY)