Dos años después de la muerte de su madre, Augusto Pérez decide enamorarse de Eugenia, una burguesita que da lecciones de piano para poder pagar la hipoteca que pesa sobre la casa que le han dejado sus padres. Y, aunque Eugenia ama al holgazán de Mauricio, decide aceptar el matrimonio con Augusto y su generosa donación para rescatar la casa hipotecada.