En enero de 2018, Yaroslav Parygin fue arrollado por un autobús urbano mientras cruzaba por un paso de peatones no regulado por semáforos en la ciudad de Sebastopol, Crimea. Con 21 años, el accidente lo deja en un estado de coma profundo y casi sin garantías de sobrevivir. No obstante, tras recuperar progresivamente la conciencia, su familia, sus amigos y, sobre todo, su hermana Yulia de Barcelona, emprenderán una carrera de fondo para luchar por algo en lo que la Seguridad Social de Rusia no creía: la vida de Yarik.