Manuel, un padre devoto de 75 años, padece de un cáncer terminal. El viejo teme dejar abandonado tras su muerte a su hijo Simón, un joven con una parálisis cerebral. Manuel agota las posibilidades que tiene para encontrar a alguien que se haga cargo del muchacho, pero es el arribo inesperado de un fugitivo, quien le ofrece una opción muy distinta a la que él se había planteado para solucionar su conflicto. Manuel sana al forastero, lo oculta y le pide que lo ayude a ejecutar un profundo y muy difícil acto de amor.