Tokyo Drifter es una oda a Tokio, con una premisa muy simple: un músico (Kenta Maeno) se pasea con su guitarra por diferentes zonas oscuras de la ciudad en una noche lluviosa de mayo, cantando canciones sobre la vida, el amor y Tokio. Matsue y Maeno juntos toman la ciudad en todo su esplendor y tratan de arrojar luz sobre la oscuridad.